23 février 2012

La paz de los sepulcros

Jorge Volpi
Seix Barral, 2006

El autor nos aclara que la primera versión de esta novela data de 1994, en la cual narraba el asesinato del candidato del PRI a la Presidencia, como este hecho realmente sucedió y a sabiendas que él no es clarividente, decidió reescribir el manuscrito original.

La historia es la de un articulista de un periódico amarillista que comienza a describirnos el horror y la manera atroz (una de las palabras favoritas del autor en esta novela) con la cual fue asesinado el ministro de justicia y otra persona más, decapitada, en un sórdido cuarto de un hotel de paso de la ciudad de México. Por azar, Agustín Oropeza, nuestro periodista, conocía a las dos víctimas. Al decapitado lo identifica gracias a un anillo que él le había regalado en su juventud. Un poco por curiosidad decida investigar qué fue lo que realmente paso en esa habitación de hotel. Para poder subsistir, escribe un artículo en el cual habla de una guerrilla urbana que vigila y acosa a los altos funcionarios públicos del País, guerilla representada por un encapuchado conocido como el comandante Gabriel. Este artículo es recibido como un regalo por las autoridades que encuentran en esta guerilla a los autores de ese doble asesinato y para justificarlo las autoridades dicen que la finalidad es desestabilizar al país.

Mientras tanto, Agustín Oropeza sigue investigando y descubre la vida de Ignacio, el decapitado, sombría, nocturna, en los bares, en los efímeros, con gente acostumbrada a compartir a su pareja y lo que es peor aficionados a la necrofilia. ¿Qué terrenos lúgubres tendrá que frecuentar para conocer la verdad? Conocerá a Marielena, la mujer que su amigo Ignacio amó, ¡pero no fue el único! 

El personaje del Viejo, amante de Marielena quien siempre está presente puesto que el Viejo es un representante político de la vieja época, pero todavía mueve algunos hilos del poder. Entre ceremonias macabras, orgias, manipulaciones, lucha por el poder, aspirantes presidenciales y guerrillas el desenlace deseado por algunos se produce. 


ROB