Sergio Pitol
Traduit de l'espagnol (Mexique) par Gabriel Iaculli, Gallimard et éditions folio
Née dans une famille modeste, avec comme sœurs Maria- Dorotea et Maria-Del Carmen, Maria Magdalena n’a qu’un seul but, sortir de son milieu, et réussir à intégrer les cercles intellectuels de Coyoacan comme celui de son indéfectible amie Margara Armengol. Sur les bancs de l’université, elle rencontre Nicolas Lobato, médiocre étudiant en science politique, alors qu’elle-même suit péniblement les cours de lettres et philosophie. Finalement, ils ne termineront pas leurs études, mais deviendront époux. C’est le début pour Maria-Magdalena d’une vie rythmée par les remous de la vie conjugale. Première mesure, Maria-Magdalena décide de changer ce prénom pour celui de Jacqueline, choix peut être dû à l’influence de ses lectures, notamment de la philosophie du mariage de Balzac, qui affirme que : « le lit est tout le mariage ». Elle en vient à penser, face aux infidélités régulières et successives de son mari, que : « peu après les noces, les femmes n’éprouvent plus pour leurs maris qu’une profonde aversion et une répulsion presque absolue… » Dès lors, pourquoi s’encombrer d’un mari. Jacqueline va alors tenter, grâce à ses amants successifs, de se débarrasser de Nicolas. Plein d’ironie et de cruauté, Sergio Pitol dresse le portrait d’une femme de la petite bourgeoisie mexicaine du vingtième siècle, alors que le machisme sévit encore, mais que la libération féminine pointe son nez. Ainsi, Jacqueline va prendre plusieurs amants, fréquenter des clubs et des soirées, consommer de façon régulière et importante de l’alcool. Cherchant à se libérer de la torpeur de son mariage, elle va échafauder d’improbables stratégies avec la complicité de ses conquêtes pour changer radicalement son existence. Par malchance, ses plans échouent les uns après les autres, et paradoxalement, les émois nés de ses fréquentations adultères profitent à son mari, avec qui elle consomme passionnément ses désirs contrariés. La chute viendra des frasques économiques de Nicolas. Obligé de quitter le Mexique pour faillite, il va laisser Jacqueline dévaler seule les pentes de la déchéance amoureuse, sociale et même géographique, puisque habituée des villas de Coyoacan, Polanco ou Cuernavaca, Jacqueline échouera dans un modeste appartement du quartier Balderas. Les chroniques conjugales de Jacqueline balancent entre humour grinçant, fatalisme et tristesse. Frustration, fantasmes, ambition, jalousie et abattement se suivent jusqu’au dénouement final qui célèbre la défaite de Jacqueline, pauvre courtisane démunie qui ne connu jamais la splendeur.
Un film basé sur ce roman a été rélaisé par le mexicain Carlos Carrera.
Ph.H.
Ediciones Era, México o Anagrama, España, 1991
Nacida en una familia modesta, teniendo dos hermanas llamadas María Dorotea y María del Carmen, nuestro personaje principal María Magdalena tiene sólo un objetivo en la vida: salir de ese medio económico pobre y tener éxito, integrando los círculos intelectuales de Coyoacán como es el caso de su indefectible amiga Márgara Armengol. Durante sus estudios universitarios, conoce a Nicolás Lobato, estudiante mediocre de Ciencias Políticas. Ella estudiaba difícilmente Letras y Filosofía, ambos no terminaran sus estudios pero se casaran. Es el principio para María Magdalena de una vida vivida al ritmo de las agitaciones de la vida conyugal. Primera medida, María Magdalena decide cambiarse el nombre y adopta el de Jacqueline, tal vez una elección derivada de sus lecturas, sobre todo de la filosofía del matrimonio de Balzac, quien afirma “la cama es todo el matrimonio”. María Magdalena llega a pensar frente a las infidelidades sucesivas y regulares de su marido que “poco después del matrimonio, las mujeres no sienten por su marido más que una profunda aversión y una repulsión casi absoluta….” Luego entonces, ¿por qué obstruir su vida con un marido? Jacqueline va a intentar, gracias a sus amantes sucesivos, deshacerse de Nicolás.
Lleno de ironía y de crueldad, Sergio Pitol nos traza el retrato de una mujer de la pequeña burguesía mexicana del siglo XX, en el momento en que el machismo existe pero que la liberación femenina empieza a aparecer. Así, Jacqueline va a tener varios amantes, frecuentar clubes y asistir a veladas y fiestas donde se consume el alcohol regularmente. Buscando liberarse del aturdimiento de su matrimonio, va a proyectar múltiples estrategias con la complicidad de sus conquistas para cambiar radicalmente su existencia. Por mala suerte, sus planes fracasan y paradojalmente, las emociones nacidas de estas frecuentaciones adulteras hacen que su marido saque provecho de estas situaciones, puesto que es con él que ella consume apasionadamente sus deseos contrariados. La caída vendrá de las locuras económicas de Nicolás, quien se ve obligado a abandonar el país por quiebra y que va a dejar a Jacqueline afrontar sola las pendientes de la decadencia amorosa, social y hasta geográfica, puesto que acostumbrada a las casas chics de Coyoacán, Polanco o Cuernavaca, Jacqueline caerá en un modesto departamento del barrio popular de Balderas. Las crónicas conyugales de Jacqueline oscilan entre humor sarcástico, fatalismo y tristeza. Frustración, fantasmas, ambición, celos y decaimiento se siguen hasta el final, el cual conmemora el fracaso de Jacqueline, miserable cortesana indefensa que nunca conoció el esplendor.
Agregaremos que esta novela inspiró una película mexicana con la actuación de Socorro Bonilla, Alonso Echánove, Demián Bichir, y Rodolfo Arias, dirigida por Carlos Carrera.
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